Para una de mis ciudades favoritas

Soñé que otra vez estabamos juntas, que respiraba tu aire, que miraba tu belleza natural, que gozaba en tu decadencia, que a ritmo de tango sublimaba mis preocupaciones.

Estaba pensando en ti, en que por tu piel se escucha un murmullo de rock, en que un dia me tendí sobre ti y senti como palpitaba todo tu cuerpo como una maquinaria que desea ponerse en marcha. Respiré sobre ti y me hiciste sentir en casa, como si hubiera nacido en otro lugar, como si de repente hablara diferente. Me puse un sombrero de lado y encendí un puro, te canté al oido y recorde que aunque el viajero huya tarde o temprano detiene su andar, y volví a ti. Quizá solo con la mente, quizá es mi corazón que aún se aferra a los momentos que me diste.

Dicen que todo gran amor hace cambiar a las personas, y creo que mi nostalgia el dia de hoy contigo, es que un dia partí de mi lugar de infancia, y al intentar volver nunca pude pues era otra persona la que arribó al avión. Una y otra vez iba a visitarte y cada una fue diferente. Me regalaste eso que para todos es notorio, que no soy muy normal, pero contigo era extraña porque asi tenía que ser.

Finalmente, tu nombre es como una promesa, pues aún si te llamases aura o alba, no encerraría la esperanza de aquel que ha sufrido y ha vivido la miseria, el glamour, el hastío y el éxtasis, Buenos Aires para todos, donde extender las alas, cerrar los ojos y tomar la dirección que se acomode a ellas y comenzar no de cero, sino de la direccion que esos Buenos Aires te han regalado.